Hazme lo que quieras, cuando quieras, donde quieras, como siempre, como nunca:
Lámeme las heridas que me deja el flagelo de tu duda;
Sofócame con tu calor de desierto a medio día;
Ignórame cuando mi palabra se vuelva inoportuna;
Utilízame como a uno de tus peones, princesa;
Embrújame con el sabor de tu saliva;
Abandóname cuando más te necesite sólo por venganza.
Créeme cuando finjo no sentir nada sabiendo esa verdad.
Obsérvame cómo te veo irte cada noche y besarle;
Bésame si deseas encontrar lo sueños que oculte;
Compárame lo que te hace sentir cada instante.
Captúrame en una foto donde sea feliz a junto a ti.
Ocúltame en los iconos que graban tu piel.
Sacúdeme todas las migajas de mi pasado;
Siénteme las ganas de mi cuerpo por estar a tu lado;
Quiéreme cuando me quito la ropa y cuando me desnudo;
Suéñame veras que tranquilizas tus ansias de estar conmigo;
Mójame con las toxinas de ese cuerpo que pretendía mío;
Encántame con ese sentimiento que me tienes de regalo;
Engáñame anhelando una noche sobre mi hombro;
Respírame el aire de alrededor para dejarme sin aliento;
Voltéame o ponme como quieras a cada momento;
Tócame cuando tengas ganas de sentirme tuyo.
Evádeme cuando intente abrir tu corazón.
Intrígame sabiendo que así me puedes matar;
Sorpréndeme diciendo eso que todos saben y no sueles decir;
Adivíname en quien estoy pensando cada despertar y al dormir;
Confía en que no tengo nada por qué mentir;
Mírame pensando cómo hacerte saber que te amor.
Olvídame cada día más que yo te recordare cada noche más;
Róbame la respiración con el arma de tus ojos;
Búrlate de mí sabiéndome entre tus manos;
Provócame más letras, más líneas, más versos, más poemas: libros enteros;
Úneme al cansancio de conocer tus más bajos instintos
Deséame un hermoso día a cada amanecer cuando aun este entre tus brazos.
Dime lo que me tengas que decir que para eso estoy.
Pero, que nada te aparte de saber que te amo y contigo quiero estar.