jueves, 24 de junio de 2010

El Duro Adiós

De ese líquido
que brota de tu herida:
su sabor, su olor,
su color, su textura.

Tu sangre
que aun no te mata
porque sigue en ti.

Ese rojo que me invita a tener más,
hacer una herida profunda.

Tú, recostada en la cama,
tranquila,
respirado lento, como dormida;
con esa mancha roja en forma de corazón
que baña la escena.

Recogí el casquillo del revólver,
está caliente,
me quema,
dejara una cicatriz,
lo puedo sentir.

Aun no sé si fue la bala
o el cuchillo
o tú o yo,
lo que te mato.

(Inspirado en: Sin City: The Hard Goodbye, Frank Miller, 1991)

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